Post by Gwyn on Mar 23, 2021 17:33:45 GMT 1
Bennett siempre ha sido leal a Pholtus y al Reino, que se forjo en sus cimientos con la fe de la triada, no obstante, fuera de los brillantes templos, no todo es lo que parece, durante sus primeros años de servicio en Lual Thyr pudo comprobar por sí mismo la corrupción oculta en la ciudad, como un tumor canceroso que se gestaba en el seno de la misma, en los lugares que la luz de Pholtus no llegaba, más concretamente se dio cuenta de que el Reino se movía por intereses, dinero y posición y no por la fe. A pesar de ello, seguía fiel a sus principios y su visión de la ley de Pholtus, había jurado lealtad al reino y como el habría otros que de verdad creyesen en esos principios. Principios que no tenían nada que ver con la bondad o la compasión, si no en la pura y férrea justicia. Una sociedad se construye en base al orden y a las leyes, estas deben cumplirse pues en esos principios gira la estabilidad de una ciudad y del reino mismo. Como una gran maquina cuyos ejes y engranajes deben trabajar bajo la premisa de servir a su propósito para mantenerla funcionando, su engranaje se pudre o se oxida, debe repararse o ser sustituido, o la gran máquina del Reino colapsaría.
Pero no siempre se puede cumplir un propósito sin más, a veces se debe ser fiel a sus principios por el bien del orden, incluso aunque se cometan actos alejados de aquello llamado bondad. “Somos Tiranos, aunque no lo veas y no lo quieras creer” fueron palabras de la ahora Caballero Tanya Shenkevar. No lo creyó en ese momento, no hasta que tuvo que tomar decisiones que nadie más quería tomar. Eso somos y eso está bien pues funciona, las leyes y el orden se mantienen con leyes férreas, no con palabras agradables. Después de todo la inquisición forjo al Reino bajo un mar de cenizas de aquellos que se oponían a ese orden. Es simple, el orden muchas veces debe imponerse.
La Sabiduría de Pholtus
Fiel a esos principios, Bennett consiguió escalar posiciones en el Reino, sin embargo, mientras lo hacía muchas veces se cuestionaba, era su misión en este mundo llevar la luz de la ley de Pholtus, limpiar la inmundicia de la no muerte, promover el conocimiento de la mano de plata o era el servir a los intereses de un reino y el poder del mismo. La conclusión es que no se puede promover la luz sin poder, Pholtus es poderoso y hace a Bennett poderoso. Pero ese poder no es funcional sin los medios adecuados, después de todo, el mismo Pholtus Rey promueve el poder político, la voz de Bennett no llegaría lejos sin las posiciones que escalaba en el Reino, pero a su vez, lo hacía por sus propios principios y convicciones. No es un secreto para nadie que Sacerdote tiene una visión que difiere del de la mayoría de los inquisidores, es un enigma muchas veces para sus superiores. Tan visceral y pragmático para aplicar la ley más férrea, pero a su vez tan abierto a dar voz a los magos en un concilio o ir de la mano de un druida salvaje a pedir audiencia real. Su círculo siempre fue cuestionado: una arcana adivina que se dice que se granjeo la enemistad de la mismísima Reina, una espada misteriosa de Kelanen venido de otro mundo, una soldado de una casa noble caída en desgracia, una hermana arcana y finalmente un druida, al que el mismo ha llamado “Anciana de Theia” y ha defendido incluso en la corte real. Sin embargo, nadie puede objetar la verdad absoluta detrás de este pintoresco grupo que acompaña al por aquel entonces plebeyo de Klenth, esa simple y única verdad, es que sea lo que sea que haga funciona. Como se demostró muchas veces en Lual Thyr y como se demostró en el asedio de Rym, cuyo acto final sirvió para recuperar la ciudad. Aunque las malas lenguas, especialmente aquellas que obran en contra del inquisidor, dicen que la alianza con la druida es cuanto menos extraña e incluso herética, tanto como para establecer una religión druídica en el seno de Rym.
La gestión de la ciudad de Rym no fue nada sencillo, la ciudad estaba sumida en el caos y la pobreza, imponer el orden de la inquisición fue todo un reto, que el entonces Caballero del Reino impuso con la mano férrea de la inquisición, los crímenes más comunes eran duramente castigados, sin mencionar la severidad que se aplicaba a los más graves. Rym fue ejemplo del temible poder de la inquisición, miembros cercenados por crímenes menores, lenguas cortadas por ofensas, latigazos y vergüenza publica por desobedecer las leyes, pero lo peor, la pena de muerte, que hace temblar a los enemigos de la inquisición, quema en la hoguera. Se dice que se llenaron fosas con dedos, manos, orejas y lenguas, pero lo más llamativo eran las columnas de humo y el olor a carne quemada, que acompañaba los gritos de los infieles, lo detractores y los apostatas.
La Purga de Rym
A pesar dela mano de hierro que impuso el entonces Regente Bennett Reinhardt, la situación precaria de la ciudad no se hubiese estabilizado sin ayuda. La mano sanadora y la voz conciliadora de Sha Lash contribuyeron a disminuir las penas, mientras que la espada de la teniente Shenkevar, se impuso para hacer cumplir las leyes, construyendo en el proceso lo que hoy en día se conocen como los campos de muerte, donde nadie quiere ir a parar. Por supuesto poco se habla de los sacrificios hechos, como el de la espada de Kelanen, Jace. Quien dio la vida por Bennett a quien había jurado proteger. Poco se habla de este valiente, pero algunos aún pueden ver al Barón armado con extraña y exótica espada curva, en cuyo mando lleva atado pañuelos de seda de colores blanco y rojo. Lo cierto es que muy pocos conocen los sacrificios hechos bajo la ciudad, en donde un templo oscuro fue destruido y su altar consagrado a la protección de Pholtus y por supuesto pocos se niegan a creer que una mediana llamada Zhurik hubiese contribuido a restaurar el orden, según palabras del propio Barón, su valentía solo es comparada con su astucia, pero nada supera su puntería. Aunque hay quien pueda llegar a diferir, como el sargento Keizok, quien se dice que no solo es hábil con el arco, si no que su lealtad y compromiso con la inquisición ayudo a Rym en sus peores momentos, incluso se habla de una chica descontrolada y temperamental, una iniciada de Nazorg que solo contribuía a las especulaciones del extraño círculo del entonces Regente.
Aunque sin lugar a dudas, lo que estabilizo el orden en Rym, fue la unión de las fes. Un evento extraño que aún hoy en día es objeto de estudio y que muchos puristas consideran una herejía. La unión del culto de Xhumira, en la que Theia es adorada junto con los Dioses de la triada. Nacida de las cenizas de lo que antiguamente fue el distrito bajo de Rym, el cual fue incinerado por los magos de la nueva inquisición, por órdenes de la Reina, aunque se señala al Barón Bennett como el responsable y quien dio el “permiso” para ejecutar la carnicería. Después de ello Rym entro en una relativa calma, cuando los problemas sobre naturales se resolvieron y la ciudad comenzó a tener prosperidad, los nobles recordaron que la ciudad existía y se dieron cuenta de que era una gema en bruto, comenzaron una guerra, que no se libraba en el campo de batalla, si no las cortes reales, en las especulaciones, juicios infundados. Uno de ellos fue el Duque Kosnarok, que es hoy en día el regente de la ciudad. Aunque quizá el hecho que Bennett más lamenta es el haber perdido contacto con Lady Galatea de Marsela. Por supuesto, hace falta mencionar una constante en la vida del Barón, su mano derecha y apoyo moral, fiel a Pholtus y la causa de Bennett. Liliane de Farris, su entonces escudera.
La Lucha contra la Oscuridad
Sin embargo, los eventos de la ciudad palidecieron con lo que vino después, la oscuridad tangible se apodero del Reino y amenazo, solo a la península, sino a todo lo que estaba vivo. Un poderoso artefacto desenterrado de donde nunca debía salir. Gesto sombras que se convirtieron en una plaga para los vivos, se llevaron con ellas cientos de vid, alimentándose y destruyendo todo a su paso. Fue la actuación de unos pocos lo que previno el fin del Reino. Bennett contacto a aquellos en quien confiaba y que ejercían poder en la península, los puso sobre aviso, aunque Xhumira como siempre ya estaba enterada del asunto. Los que hoy en día se conocen como los héroes de la península, se reunieron en un último intento desesperador. Cado uno obro con lo que tenía a su alcance. La arcana Stella Luminaris, cuya sangre desciende de Celestia, al comienzo, aunque escéptica, realizo adivinaciones para encontrar el foco de las sombras y el origen del artefacto. A la vez convocaba ayuda de cientos de Lamparcontes que reunía a los alrededores de Bayas Rathu.
El campeón de Kord, el Sacerdote Axel desplego sus fuerzas alrededor del Cruce, exploradores y múltiples altares que había consagrado previamente para el concilio de las ciudades del Reino. Aunque ya se habían cruzado alguna vez y no en buenos términos, al final su objetivo era el mismo, estrechando una alianza durante dicho concilio. El arcano Relen, un misterio para Bennett, pues poco lo había conocido antes de dichos eventos, tan solo cruzando palabras airadas, la magia que obro antes de la batalla fue un misterio. Zhurik parece que siempre esté preparada para todo, en el último momento apareció a sabiendas de que el inquisidor siempre se metia en problemas y no pequeños, decidió acompañarlo, después de todo nunca se está al borde de un apocalipsis tantas veces en tan poco tiempo. Keizok guardaba un secreto, se sentía responsable de lo sucedido en Hjol, además con una advertencia poco amigable de Xhumira. Tras la confesión se unió a la batalla final para enmendar su error. Por su parte la misma Xhumira estaba dando caza a las sombras, que no solo parecían consumir la vida en el continente, si no que se estaban conglomerando en el bosque de la inmensidad. Poco se sabe acerca de los sacrificios hechos por el druida, pero se dice que dio su arboleda y a su fiel compañero como pago.
Los grandes poderes que obraron los Heroes del Reino
En cuanto a Bennett, además de dar los avisos a los demás, envió misivas a los Regentes de cada ciudad, al líder de la inquisición e incluso al Rey y la Reina. portadas por celestiales mensajeros, viajo en solitario a Hjol y purifico el poblado, erigiendo altares consagrados a Pholtus, en monumentos hechos de piedra. No se sabe que sucedió en ese lugar, pero la gente que allí vivía regreso a la vida, algunos le llaman el milagro de Pholtus, otros simplemente no le encuentran explicación. Las defensas que se levantaron alrededor de Rym, no permitirían la entrada de ninguna sombra, el círculo de confianza de Bennett defendería la ciudad en su ausencia y este se despidió a sabiendas de que podría no regresar.
Los héroes del reino viajaron entonces de la mano de Xhumira, al bosque, transportados entre los árboles y las plantas al seno de la corrupción de las sombras. No se sabe cuántas combatieron, las columnas de luz divina y el fuego arcano destruían más sombras de que las se podían contar, cientos o quizás miles de celestiales chocaban contra amasijos de materia oscura y viviente. El combate fue feroz, pero incluso el enemigo aprendió a temer, los mortales allí reunidos, les movía la motivación, cada uno por razones distintas, pero todos por la defensa de los vivos. La mismísima oscuridad se topó con un muro infranqueable y retrocedió al plano de las sombras en donde los héroes, con ayuda del mismo Duque Laerr, les persiguieron, allí les dieron fin a sus planes y lo que parecía una era de oscuridad y muerte desapareció. A su regreso, todos fueron proclamados héroes del Reino.