Misivas Acut/Aoi para Tanya Shenkevar

[kindarnakes]

Maldita sea, las calles que conozco ahora no puedo pisarlas. Muera esa malnacida un millón de veces. Ahora todo lo que había hecho allí, perdido, por la intromisión de vete a saber quien, seguro que es alguien que conozco, que me ha vendido, y por eso conoce todos mis movimientos, que pena que no pueda limpiar, el jefe prefiere ser cauto, pero yo iba a limpiar, cortar lenguas sería poco. Ahora tengo que poner alguna cosa en orden, odio escribir, me mancho de tinta, lo que me faltaba.

Esos eran los pensamientos de una muchachilla que caminaba con prisas por las calles de Rym, intentando pensar en todo lo que tendría que hacer para resolver todos sus asuntos de la mejor forma posible, en la mano llevaba una carta, una carta entregada en la posada, con un destinatario. Ella pago a unas manos, que a su vez vendían la misiva a otras, y en esa cadena de viajes e intercambios, al final un harapiento hombre se presentaría frente a Tanya Shenkevar, reclamando unas monedas y enseñando una carta sellada, en el sello había una "A" rayada, no era un emblema, en la otra cara, un escueto "Para Lady Shenkevar de Acut".



    Lady Tanya,

        me temo que estas lineas son para avisar de que no podré
    reunirme con vos como esperaba, un escabroso asunto con
    una banda organizada me ha obligado a desaparecer por una
    temporada, pero aun así me veía en la situación de avisaros
    para que sepáis que sigo teniendo interés en tratos con vos.
    Si queréis, podéis enviar un mensaje a mi nombre por
    medio de la posada de El Cruce, sera el lugar mas viable
    para contactar.

        Acut


Esta escrita con mala letra, algún que otro tachón, de alguien que no tiene mucha maña con la escritura.

[Gnoll_Rabioso]

Tanya había aprendido a templar sus emociones incluso en la soledad de sus aposentos, pero interpretar las palabras de Acut, y su insurrecta ausencia sobre el pergamino se sintieron como si su autor le hubiera dado un puñetazo en el estómago. El mensajero había llegado aquella mañana.

La acritud malteo sus facciones adustas mientras se encaminaba hacia el armario ropero. Allí, entre sus pertenencias y ropones de viaje se encontraba el Thymiaterium de Arys, uno de los pocos bienes rescatados de la miseria de su padre.Tanya sostuvo el pesado incensario en su mano y sintió el peso tirante de las argollas de hierro negro hasta que le ardieron los músculos del brazo. Tuvo que tragarse su arrogancia una vez más, sentimiento que le supo amargo, a óxido como la sangre bajo el paladar, sólo entonces su mente consiguio aclararse y pudo arroparse en un renovado orgullo ante la obra de un devoto artesano.

Después de dejarlo con cuidado sobre la tosca mesa de la habitación se dirigió hacia los ventanales, y al abrirlos el viento golpeó la casaca teñida en escarlata obscuro y azotó su rostro, mas no le importo en absoluto.

Las falanges recubiertas en malla se movieron en dirección a donde se encontraba el incensario para abrir el cierre, manipulando con cuidado las bisagras de plata hasta levantar parte de la esfera de bronce bruñido, donde deposito un fragmento de granito manufacturado del Baluarte de Lual Thyr. En su interior dejó diferentes inciensos dedicados a la oración, por ultimo, lo tapo con reverencia.

- Y en la noche - Oró altitonante y militar- cuando la gente duerme, Daern vigila.-

El corazón del incensario se llenó de llamas, lenguas de fuego pálido, de un azul fantasmagorico que saltaban y crepitaban, llenando la habitación en alargadas sombras y claroscuros. Tanya esparció unos pocos granos resinosos sobre los rescoldos con el guantelete y observó cómo se elevaba el humo, perdiéndose desde los ventanales hacia la noche salvo los más puros y albos, que se arremolinaban expectantes de su edicto. El ambiente se tornó pesado a causa del fuerte olor, un aroma de cedro, nuez moscada y solemnidad, y así, cuando la última voz de las calles murió, la Letanía hacia la Diosa de la Muralla , comenzó…

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El sol ya había desaparecido detrás de la muralla cuando dieron el toque de queda, una muchacha de pelo corto, blanco como la nieve y corte desigual recorría las calles desiertas de Rym en la noche con los sentidos alerta, alcanzando a oír voces lejanas que procedían de las calles angostas y los callejones de la ciudad. Justo antes de llegar a su destino, los sonidos se volvieron ahogados y mitigados mientras los conjuros de “Recado”se manifestaban, palpitando las sienes de la muchacha. Una voz extraña, susurraba al oído a la joven. Su tono se asemejaba al acero tintineando contra la piedra, resonando con autoridad, salvo las últimas palabras que brotaron más susurrantes y humanizadas, hasta extinguirse por completo.

No me gusta ser aliada de los que se endeudan, pero os di mi Juramento y lo cumplire. Tienes tiempo para demostrarme que estoy en lo correcto de mi decisión.

En la víspera de la noche de Harla, cuando la conmemoración de la ascensión de Daern finalice, mi emisario os encontrara. Debéis estar sola….. Ten cuidado, Acut.