[La Guerra de los Pecados] El AberrArbol de los Deseos

[Gnoll_Rabioso]

[La Guerra de los Ultimos dias] El AberrArbol de los Deseos

A lo largo de la guerra, la devastación y el desastre, extraños rumores resuenan, entre campos devastados por el fuego y la muerte, sembrados de cadáveres y miseria. Una fábula que si bien ha pasado desapercibida por innumerables acontecimientos, pequeñas victorias y amargas derrotas empieza a cobrar lenta e inexorablemente vida. Esto es debido a conversaciones entre los supervivientes o habladurías entre refugiados, donde convergen historias en comun; Un Arbol Lóbrego como la Parca, cuyo tamaño descomunal recuerda a los Antiguos Árboles Centenarios que aparece de improviso entre bruma, o en la noche y cuya aparición fantasmal no tiene logica alguna por su envergadura salvo por lo tenebroso de su visita, pues cada vez mas gente musita que esta “aparición Arborea” se ha vislumbrado en diferentes momentos simultaneos guerra, asi como en múltiples lugares de la peninsula, como si vaticinaba algún suceso trágico o algo peor.

Donde las historias convergen es en que su presencia, de cierta manera ofrece más bien que mal. Muchas historias mencionan entre refugiados que donde este Árbol ha sido divisado ofreciendo una extraña paz o refugio, ya sea velando por una Granja que al amanecer han descubierto que el asedio de Trasgoides proximo a la misma ha acabado en pulpa sanguinolenta de Trasgo, o que si te amparas debajo de sus raíces incluso siendo perseguido no te sucede mal alguno, como si de un refugio sobrenatural se tratase. Estas historias progresivamente han sido acompañadas de otras, exageración o no, pero de hombres aguerridos como soldados o mercaderes, cuya comitiva ha visto el inmenso y tenebroso arbol desde la distancia y un viaje cargado de peligros ha resultado en un trayecto mas seguro de lo que se pensaba, o temia.

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-- Yo lo vi, buenas gentes - Dijo Lady Catrianna de Bell, última heredera de una Baronia arrasada por las Hordas, proxima a Lual Rhus -- Y Juró ante la Corona que no perdí juicio alguno, y mi mente incluso apenada bajo el exterminio de mi familia por los viles orcos es lucida, lo juro por el Templo de la Triada.

-- Hui desde mi ventana, descalza, mientras Ser Regus de Polthus me escoltaba, preguntadle a el si precisáis, frente al fuego que asolaba mi casa. Hui lejos por mi vida, escuchando a los Wargos Salvajes y sus jinetes como nos acechaban a lo lejos, esperando que nuestras fuerzas se quebrasen para finalmente cazarnos a placer.
Fue entonces, cuando de la nada lo vi, grande, terrorífico. Un Árbol sin hojas, cuyas ramas colgaban cuerdas sin dueño e incluso unas figuras similares a Máscaras con cuerpos de plantas menudas como un niño, seres del bosque, silentes, como cuervos a la espera. --

-- No supe qué hacer, estaba asustada y El Viejo Ser Regus de Polthus se encontraba herido ¿Que podía hacer alguien como mi persona, cuya mano temblaba al usar un estilete?. Solo una cosa, suplique, por mi vida, por refugio, por que el fuego de la hacienda que tanto habían sacrificado mi familia, un recuerdo de días amables acabara, llore por la muerte de mis padres frente a aquel Árbol Centenario, y agotada me aproxime y Ser Regus Conmigo, con temor, sin duda, bajo al amparo de sus raíces.
Ahí vi algo mas, Símbolos Extraños dentro del Árbol, que aunque no entendía de alguna manera era capaz de interpretarlo, mencionaban un Salmo o una Profecia, que temerosa lei y aunque era angustiosa al final hablaba de Esperanza. Desfallecí y dormí fruto de la fatiga, y al despertar lo que vi fuera del hueco del arbol me hizo temblar de miedo pero tambien de desprecio…

- Señores - Continuo Regus con rostro serio y voz grave, remarcada con un semblante adusto amparado por una Antigua pero pulcra coraza, que enmarcaba que era un Veterano de Guerra y sus ojos cansados habían visto demasiadas guerras, cuando su protegida Titubeo ante los recuerdos dolorosos que luchaban por doblegarla. -Pueden creer o no a mi protegida, pero no hay mas verdad que lo que puede verse, incluso por encima de la palabra dada -- Regus abrió su bolsa cuyo fondo era mas profundo que  corriente y sin pudor, ya que era un hombre rudo y en su mente cualquier trinchera era guerra, comenzó a sacar una docena de Cabezas de Trasgo decapitadas, creando todo tipo de sentimientos entre los presentes, desde Asco, desprecio ante la escena e incluso curiosidad mórbida. varios soldados Veteranos reconocieron una de ellas, más todavía cuando Regus saco un rosario de carne humana y orejas. Era el Cadáver de “Raudo Muerte” o “Cercenaorejas”, apodado asi por la infamia de un Guerrillero Trasgo que habia adquirido Fama por ser esquivo y letal, haciendo incursiones relámpago de manera quirúrgica -- He aquí la prueba de que mi Señora no está loca. Al amanecer doce Trasgos con sus Doce Wargos de Guerra estaban muertos alrededor del Robledal, sin heridas pero muertos y sea bendición de los Dioses, que quien fuera nos dio protección y Abrigo. Yo mismo viaje personalmente a la Casa de Ser Crados de Bell y su Baronia, si bien saqueada no fue derruida por el fuego, incluso varios criados comentaron en el Sótano que notaron como el fuego Vivaz se extinguio  a la noche, salvando sus vidas.Los Señores de Bell dieron su vida por proteger sus tierras, pero al menos si está condenada guerra acaba, tenemos un lugar al que regresar y empezar de nuevo. -Insistió Regus, para dar énfasis a sus palabras, intentando autoconvencerse de ellas, o al menos dar un poco de luz a la muchacha huérfana --

Arrullos sonaron entre los hombres del reino y sospechas. Palabras peligrosas resonaron entre los más conservadores

-- Es imposible, habrá pactado con los orcos o peor aún, con demonios y diablos --
-- Es una bruja -- Susurró uno -- Su cuerpo es pecaminoso, no puede haber salido de una pieza como dice--
-- El viejo la ha violado y le ha roto la mente, pobrecilla, solo buscan un techo y la recompensa, dejémoslos tranquilos, ademas ese hombre está armado y es peligroso --
-- Ha robado las cabezas -Murmuró un Soldado, espoleado por la atmósfera agresiva de los refugiados ante un acontecimiento bueno escuchado en días -- No puede ser de otra manera

Regus leyó enseguida la situación, incluso Catrianna lo hizo, sumida en el terror, ya que no comprendía como la Esperanza calaba en el corazón de las gentes como un fruto venenoso. El hombretón apretó el pomo de su espada con su recia mano, pero no desenvaino, ni lo haría primero, pero no dudaría en causar un baño de sangre si alguien tocaba a la muchacha.

-- Deteneos, sosiego, torpes e incultos campesinos- Dijo un hombre de buenas ropas, y de rostro marchito y delgado -- Soldados, recompensar a estos dos por la Cabeza de esta escoria que han traído -- Tras eso se giro a las gentes con semblante aguileño y arrogante. Estas, principalmente campesinos, refugiados e inclusos grupos mixtos de soldados amparados bajo una muralla común optaron por ser cautos y expectantes a Vinnus, Tercer Mago de la Corte e hijo Bastardo de un Noble poderoso.
--Todos sabéis quien soy -- Espeto con Autoridad y la voz quebrada por la vejez -- Soy un hombre poderoso que es apreciada por nuestra amada Reina, protectora del Reino, alabada sea -- Alabada sea, rezaron muchos con convicción, aunque unos pocos mostraron miradas de reticencia, pues lo habían perdido todo y poco le importaba esa puta zorra cagada de miedo en sus putas e inexpugnables murallas blancas.
-- Doy credibilidad a las palabras de esta ..-- Rumio en su memoria el nombre y los apellidos, pero sin éxito alguno -- Niña descarriada ….

Sus palabras extrañamente se silenciaron, cuando algunos parroquianos, que esperaban un momento para dar testimonio, interrumpieron con enorme fastidio al Aristócrata.

-- Hace pocos días, guarde mis cabras dentro de un árbol parecido antes de venir aquí y aunque me las confiscaron sigo vivo, quizás sea el mismo árbol -- Dijo un hombre bigotudo con acento norteño
-- No es posible, si sois de unas Granjas del Cruce, es.. !!imposible!!.-- Bramó una mujer entrada en años.
-- Lo es - Contradijo un hombre orondo de la guardia, el confiscador de Cabras -- Dijo que era suerte, pero, quien sabe..

-- Mi Señor Vinnus --Con voz temblorosa otro parroquiano -- Hace una semana, un Bardo mencionó un suceso parecido, sobre un Árbol monstruoso y que desesperado por la miseria dijo que si recuperaba su mano, iría a Bayas a Luchar al Frente -Trago saliva por si lo azotaban y añadió -- Se gastó una fortuna en la taberna, hablando que “Le habían crecido sus tres dedos de la mano diestra y lanzando odas sobre ese árbol. No dije nada por si me tomaban por loco, como a la muchacha.

Dos soldados evitaron decir comentarios al respecto, pero recordaron como escoltaron un mercader por una fortuna hacia este lugar, viendo dicha aberración arbórea a lo lejos próxima a Bayas y que cuanto más se alejaban de allí más cerca parecía que se encontraba a la noche siguiente, como si los siguiese. El que miró a su compañero noto un escalofrío sin decir nada, obligándose a mirar al horizonte por si estaba a lo lejos.

-- ¿Creeis que si lo encuentro, me engordara las tetas si se lo pido? -- Dijo una mujer regordeta y de boca mellada --

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Las conspiraciones hicieron la noche benevolente y en cierta manera todos por un momento olvidaron que eran huérfanos de la guerra, supervivientes de la masacre o tener distraída la cabeza de pensamientos oscuros. Vinnus aprovechó e hizo un gesto para que la joven y su escolta lo acompañase a un lugar apartado, un despacho improvisado alejado de miradas indiscretas y comentarios soeces, de cabreros y abisinios. Justo cuando se sentó y limpio sus lentes menudas se adelantó a La Joven Lady Catrianna de la Casa Bell, que se notaba inquieta, como si quisiera hablar sin tener pase.

-- ¿Hay… algo más que deba ser mencionado, verdad, muchacha? --

Ambos se miraron con extrañeza ante la pregunta con un deje de desconcierto. Fue la Joven Catrianna la que decidió hablar esta vez.

-- Diría que sí, Milord -- Avanzó a decir -- Cuando estuve bajo el abrigo de ese extraño árbol que mencioné, vi unos grabados que curiosamente era capaz de entender. No entendí muy bien su significado, aunque me recordó a las mujeres ancianas cuando hablaban con galimatías o con acertijos. Consideré que quizás fuera importante, así que termine escribiendolo. --Dijo, pausandose antes de continuar

-- Déjame verlo, a ver si coincide -- Murmuró Vinnus, mientras entornaba la mirada, tan pensativo que incomodó a la Primera Hija de la Casa de Bell.

Catrianna entregó con sumo cuidado un pergamino, como si fuera un arma peligrosa. Quizás así lo fuera. Hubo un largo silencio que se prolongó durante demasiado tiempo. Catrianna se negó a hablar manteniendo un luto férreo a la inquisitiva mirada de Vinnus frente al documento. Incluso el Caballero Regus se denoto intranquilo ante un silencio quebrado solamente por el crujir del manuscrito. Cuando Vinnus acabo de leerlo y sin mirar a los testigos, enrollo el pergamino y lanzo dos bolsas sobre la mesa, con notable indiferencia.Portaban oro y cecina de viaje.

-- Vuestra recompensa por matar a “Cercenaorejas”, llevamos varios meses persiguiendolo sin resultado, me sorprende que tuviera un final tan… contundente. No me importa que se queden esta noche en el Pueblo, pero al amanecer se irán. -- Mencionó Vinnus con un deje de aburrimiento

-- Era nuestra intención -- Comentó al fin, Catrianna, interrumpiendo las motivaciones de Vinnus y dejándolas en sus pensamientos.

-- Confiscaré este galimatías --Espetó mientras se limpiaba los anteojos -- ¿A donde viajaran?

Ambos al unísono mencionaron Bayas Rathu, obligando a Vinnus a reprocharles de manera nasal. Era un milagro que llegaran vivos aquí y atravesar media península para viajar a un lugar sitiado era más que una temeridad, una sentencia de muerte, simplemente estúpido. Vinnus ni siquiera prestó atención al idealismo de la Joven según los preceptos de su casa,de héroes o grandes batallas del pasado, no le interesaban en absoluto. Ladeo su mano con desaire y los animó a marcharse, ni siquiera se despidió de ellos, estarían muertos en menos de tres días.

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Vinnus continuo en sus aposentos absorto durante horas sobre lo que tenia en la mesa. Era lo suficientemente viejo para haber sobrevivido a varias guerras y lo suficientemente cobarde para sobrevivirse, y si algo estaba claro es que siempre había “señales”, advertencias. Era una instrucción básica que le fue entregada en la Torre, de cómo evitarlas siempre que fuera posible y de cómo no ignorarlas si llegaban a tu mesa. Sobre su despacho hay más de una veintena de pergaminos, mensajes de la misma profecía, del mismo Árbol documentado en estos meses, incluso dos de ellos años atrás ¿Cómo era esto posible?. La idea le trastornó y perturbó por las interrogantes y las preguntas que se obligaba a realizarse.

-- Lugares diferentes, siendo un árbol de dicho tamaño ¿Y cómo era posible que no se supiera su ubicación? --Mascullo repasando varios documentos que eran casi idénticos de testimonios diferentes.

Pero lo peor eran las palabras que portaban, que se le antojaban similares a esas inscripciones Druidas de Rym, hablando de la guerra, la desesperación y unos acontecimientos catastróficos antes de un cisma. El final siempre era la parte más cambiante, así como algunos fragmentos, pero otro denominador común era que su búsqueda era capaz de transmitir una vaga esperanza perturbadora, siendo un refugio temporal para los olvidados y marginados. Vinnus reviso uno de los testimonios más espeluznantes, más rocambolescos e increíbles, lacrado por un aventurero y de como aseguraba que el Árbol en tiempos de necesidad podrá conceder un anhelo profundo, quizás un deseo o incluso sanar males incurables. Un último pensamiento acudió a la mente de Vinnus tras recoger apresuradamente los testimonios ¿Cuánta gente era conocedora de este misterio y a cuanta gente en estos años de desesperación fueron Bendecidos por estos eventos tan disonantes, y a que precio?

Nota: Boceto de un superviviente protegido por el arbol "Sumido en la locura"; Los "Brazos tipo planta Anexados, no son visibles, estan enterrados y el Arbol con la boca cerrada parece un "Arbol Normal" segun testimonio del pobre campesino