Post by shydragonfly on Mar 11, 2023 2:38:19 GMT 1
TAMIRA SHARQIYIN
Edad: 18
Raza: Humano
Deidad: Zuoken
Procedencia: Rym
Apariencia: Risueña y vivaz, su aparente poca corpulencia contrasta con la manta de hostias que es capaz de atizarte. Físicamente es una mujer de tez clara, cabello pelirrojo y ojos verdes. Luce una serie de tatuajes que comienzan en su frente, y bajan de forma rigurosamente simétrica a ambos lados del cuerpo, recorriendo brazos, costado, pecho, caderas y piernas. No cubren la totalidad de su piel, pero sí son notorios.
Trasfondo: criada y aparentemente nacida en algún pueblo a las afueras de Rym, una pequeña niña huérfana malvivía, robando y abusando de otros niños e incluso de frágiles ancianos para poder encontrar comida y algo de dinero. No se enorgullecía de ello, pero no conocía otra forma de vida.
No fue hasta que un monje ermitaño se apiadó de ella, Bredas, un apacible hombre que mostraba un temperamento tranquilo pero una gran determinación para las cosas importantes de la vida. Este la aceptó en su pequeño hogar, donde se encargaba de cuidar tanto de ella como de otros niños, hasta el punto de convertirse en una familiar.
Raza: Humano
Deidad: Zuoken
Procedencia: Rym
Apariencia: Risueña y vivaz, su aparente poca corpulencia contrasta con la manta de hostias que es capaz de atizarte. Físicamente es una mujer de tez clara, cabello pelirrojo y ojos verdes. Luce una serie de tatuajes que comienzan en su frente, y bajan de forma rigurosamente simétrica a ambos lados del cuerpo, recorriendo brazos, costado, pecho, caderas y piernas. No cubren la totalidad de su piel, pero sí son notorios.
Trasfondo: criada y aparentemente nacida en algún pueblo a las afueras de Rym, una pequeña niña huérfana malvivía, robando y abusando de otros niños e incluso de frágiles ancianos para poder encontrar comida y algo de dinero. No se enorgullecía de ello, pero no conocía otra forma de vida.
No fue hasta que un monje ermitaño se apiadó de ella, Bredas, un apacible hombre que mostraba un temperamento tranquilo pero una gran determinación para las cosas importantes de la vida. Este la aceptó en su pequeño hogar, donde se encargaba de cuidar tanto de ella como de otros niños, hasta el punto de convertirse en una familiar.
Bredas necesitó mucha mano firme para medianamente afinar el espíritu rebelde de Tamira, más proclive a utilizar sus habilidades y su fuerza en meterse en problemas. Pero lo consiguió, y enseñarle el camino del monje la ayudó a encontrar un objetivo en su vida.
Ahora que ya tiene edad suficiente para salir al mundo, y debe dejar su sitio en su casa para que otro huérfano pueda encontrar un hogar, sale con un objetivo claro: desarrollarse y progresar en el sendero que se le ha enseñado, y reunir el suficiente dinero como para hacer su propio orfanato.
Ahora que ya tiene edad suficiente para salir al mundo, y debe dejar su sitio en su casa para que otro huérfano pueda encontrar un hogar, sale con un objetivo claro: desarrollarse y progresar en el sendero que se le ha enseñado, y reunir el suficiente dinero como para hacer su propio orfanato.