Post by imperii on Jan 21, 2023 22:13:47 GMT 1
Nombre: Krag ColmilloCruel
Títulos: ?
Raza: Orco Gris
Edad: 5 años
Estatura: 2'20 metros
Peso: 158 kilos
Clase: Guerrero
Deidad: Politeista
Procedencia: Theia
Nacido bajo la luz de los astros, nacido bajo las llamas de la guerra, forjado por la sangre. Esas son las tres frases que me definen, yo soy Krag ColmilloCruel, un guerrero orco nacido producto de la violación de entre mi raza. Desde bien pequeño he sido criado en el arte de la guerra, en el arte del saqueo, en el arte de la matanza. No me considero un artista como se consideran los civilizados, yo soy aquel que empuña el acero para desgarrar las tripas de mis enemigos y demostrar que la raza orca es superior. Mis primeros recuerdos, fueron que mi madre no existía, y mi padre me golpeaba. ¿Aun así me rendí? No, el chamán de la tribu me educaba, pues vio en mis ojos, las llamas de la guerra, la llamada de la sangre. Fui educado por su hijo en el arte del acero, en el arte del manejo de las armas. Yo soy un guerrero del clan ColmilloCruel, y conmigo llevo la guerra. A mis doce años fui enviado a la guerra contra una ciudad llamada Talar, para destruirla y saquearla. Mate a muchos hombres más fui derrotado y dado por muerto por mis semejantes…
Me acuerdo que me tome una poción que robe de un soldado, escupiendo en el suelo los restos de sangre mientras me incorporaba de la trinchera, ya algo recuperado mientras retrocedía de las líneas de fuego, la guerra estaba a punto de terminar y habíamos sido derrotados por unos humanos. Cuando estuve lejos, caí de rodillas, clavando el alfanje en el suelo, mirando hacia el cielo con rabia. Como dijo el chamán y que tan estúpidamente habíamos ignorado sus sabios consejos, la guerra terminaría mal para nuestro bando. Me incorpore con pesadez y me dirigí hacia los restos de mi tribu. Donde los supervivientes se lamian las heridas, algunos me dirigían gruñidos, otros me miraban de reojo al ver que me dirigía hacia la choza del chaman.
Aparte las pieles de oso pardo que decoraban la puerta y mire hacia el chamán, que me observaba con sus ojos amarillentos.-Has sobrevivido, lo imaginaba.-Dijo girándose mientras seguía revolviendo en el caldero.-¿Por qué hemos perdido? ¿Por qué los dioses nos han abandonado?-Pregunte con rabia mientras me sentaba en el banco, mirando hacia el suelo.-Los dioses nos han abandonado porque son injustos, hijo mío, hay que buscar nuevos dioses para esta tribu, la respuesta no está arriba, si no en las profundidades.-Dijo echando extraños ingredientes en el caldero.-¿En las profundidades? Nadie que se haya adentrado ahí abajo ha sobrevivido, chaman.-Dije escupiendo en el suelo, mientras me bebía otra pócima de las que había robado.-Es una forma de hablar, me refiero a los planos inferiores, aun que tu obviamente no lo entiendes, he tenido un sueño, una visión en la cual seremos llevados a la gloria, su nombre es El Desangra Imperios, una entidad de gran poder que debemos liberar. O al menos es el nombre que me ha dado.-Dijo sonriendo, mostrando sus pronunciados colmillos.-Tu sabes más que nosotros chaman, nuestro líder ha muerto, así que debemos seguirte allá donde nos guíes como nuevo líder.-Dije incorporándome con pesadez del banco.-En unas lunas empezaremos a viajar hacia nuestro destino, prepárate Krag.-Dijo el chamán mientras yo asentía y salía del lugar.
La marcha de la tribu tuvo que suceder a toda prisa, pues los humanos nos estaban dando caza, así que marchamos bajo la guía de nuestro chaman. Sabíamos que los humanos nos estaban persiguiendo debido a que detrás nuestra se escuchaban a algunas tribus ser cazadas. Nosotros teníamos que arrastrarnos como gusanos para que el clan sobreviviese, ya nos tomaríamos la venganza en su justo tiempo. Ahora era tiempo de procrear y alzarse sobre las cenizas de nuestros muertos, de nuestros antepasados. Cuando ya estábamos a punto de salir del territorio de los humanos, escuchamos el relincho de los caballos, las cuerdas listas, nos habían alcanzado. Así que alzamos los escudos y las flechas rebotaban, caían sobre nosotros, perforaban nuestra carne. Así que nos abalanzamos sobre ellos, mientras la caballería cargaba…Bueno, prefiero no recordar estos tiempos, básicamente nos alzamos con la victoria pues eran pocos, pero más orcos y trasgoides cayeron bajo esos humanos.
Yo aún no sé cómo sobreviví, tal vez puro azar, pura suerte…Pero lo cierto, es que no podía creer que hubiera sobrevivido.-¿Sorprendido? Eres fuerte Krag, más fuerte que nadie…Veo en ti la llama de la guerra, la llama del odio…Los nuevos dioses te apoyan…Mas ten cuidado, pues su precio será alto.-Dijo el chamán con una sonrisa en su rostro.